El relato sería...
Maestro: "Qué hacer con tantos problemas. Hasta dónde uno puede "hacer carne" de cada situación en particular".
Directivo: "Es preciso, mostrarnos capaces de poder brindar herramientas a nuestros alumnos."
Secretario: "Para qué tanto sacrificio, al final nadie reconoce nuestro esfuerzo".
Maestro: "Es verdad"
Padre (escucha en el pasillo): "Así que nadie reconoce el esfuerzo. Yo por el contrario venía a agradecer la charla que tuvieron con mi hija para que siga estudiando. Por el contrario, creo de mucho apoyo la profesión de ustedes."
Maestro: "¿Sirvió la charla? Pasan tantas cosas por nuestra tarea diaria que a veces sentimos que una -simple- charla no logra nada. Tenemos tanto para modificar, tenemos un sistema lleno de miserias, de contradicciones, errores, subestimaciones, en fin, nos sentimos solos."
Directivo: "¡Es posible! Siempre lo creí. Somos una fuente de inserción, un mediador entre el saber y el alumno, no nos debe avasallar la tarea, las políticas, los discursos oportunistas. Somos docentes, damos, donamos, brindamos, guiamos a los demás y nos permitimos aprender."
Padre: "Sí, son verdaderos partícipes de muchas oportunidades y logros. Fueron y serán una herramienta sustancial para el crecimiento de un pueblo que demanda de ustedes el mayor de los esfuerzos, que requiere responsabilidad y co- responsabilidad."
Secretaria: "Pero, ¿solos?"
Bibliotecaria (entra en escena): "Perdón, pero escuché la charla. Por supuesto que los maestros fueron -desgranados- por un sistema perverso y absurdo, donde cada oportunidad electoral de algún sector, pretendió sacar crédito de ustedes. Pero qué maravillosa tarea realizan. Transforman, que no es poca cosa."
(Sale la bibliotecaria del pasillo entre dirección y secretaria. Vuelve a su hora)
Alumna: "Martha (bibliotecaria), ¿qué pasó?
Bibliotecaria: "Nada, en verdad, todo. Docentes confundidos, directivos convencidos, padres acompañando, secretarias poco objetivas. De todo. ¿Cómo te sentís en la escuela?."
Alumna: "La verdad...INCREÍBLE. Siento que es el lugar más contenedor y reflexivo que hay, a pesar de todos los problemas de salario docente, situaciones con papás, etc."
Personal de Maestranza: "Sí, Paula (alumna) es verdad. Yo toda la vida sentí hablar mal de los maestros, de su desprestigio profesional pero son los únicos que tratan de ayudar a superar todas las dificultades a sus alumnos y familias de ellos."
Alumna: "Obvio. Siempre se los critica, pero yo me pregunto, ¿qué hacen los demás? Hablan y no actúan, siempre hablan y no nos permiten (adolescentes) dar opinión."
Directora: "Se acaba de ir el padre, agradecido por el acompañamiento. Entendimos que los problemas persistirán a pesar de todo, pero qué grato es saber que no estamos solos, qué es posible transformar las realidades más urgentes, acompañarlos y colaborar con su formación integral. Mejor sigamos trabajando y, vos Paula, andá para el salón. ¿Qué hacías dando vuelta?."
"LA TRAGEDIA EDUCATIVA"Echeverri, C.
-1997-
2 comentarios:
La tragedia educativa es un libro que me dejó mucho para pensar. Antes de hacer la relectura, se lo presté a un joven docente esquinense que ejerce en Buenos Aires. Siempre me promete devolverlo, pero se le olvida cada vez que viene aquí.
No importa mucho no tenerlo, si sé que a él le ha sevido.
Para que una alumna responda que se siente "increíble" en la escuela, falta mucho por hacer.No de parte de los docentes ( la mayoría sabe de su función y obedece su vocación), pero también.
EL entorno, las políticas, son factores serios que no consideran soluciones para que la educación deje de ser una tragedia como la plantea Jaime Etcheverry
Publicar un comentario